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¿La pandemia nos hará más románticos? Las aplicaciones de citas apuntan que sí
Logo de la aplicación de citas Tinder.SOPA Images / Getty ImagesEntre los múltiples cataclismos sociales que se le adjudican a la pandemia está la muerte del sexo de una noche y la redención del amor romántico, o al menos de las relaciones con un recorrido superior a las 16 horas. Las estadísticas de las aplicaciones de citas así lo prueban: el confinamiento incrementó el intercambio de mensajes y la duración de las conversaciones, mientras crecía el número de usuarios que buscaban relaciones más largas frente quienes querían sexo de una noche. En general, la pandemia nos ha obligado a tomarnos con menos prisas el asunto del sexo.La cultura del hook up, como se conoce en el mundo anglosajón a la normalización del sexo casual, acabó de afianzarse en las dos últimas décadas gracias a Internet, las redes sociales y las apps de ligar con sus algoritmos que teóricamente ensanchan hasta el infinito el horizonte de potenciales parejas, premian la actividad compulsiva con más visibilidad de los perfiles y, por tanto, una mayor probabilidad de interacción, y crean la ilusión de que hay más peces en el mar. Un algoritmo que hace el trabajo sucio y permite, llegado el caso, desaparecer sin dejar rastro.La irrupción de estos algoritmos en la vida íntima y personal de los humanos ha cambiado nuestros modos y maneras de emparejarnos. Ha sido un gol de la tecnología a un modus operandi que llevaba instalado entre nosotros varios siglos. Para Justin Garcia, investigador del Instituto Kinsey para la investigación en Sexo, Género y Reproducción de la Universidad de Indiana, es uno de los dos grandes cambios que han alterado el apareamiento humano en los últimos cuatro millones de años. “El primero ocurrió hace entre 10.000 y 15.000 años cuando el desarrollo de la agricultura hizo a los humanos sedentarios y se estableció el matrimonio como un contrato cultural, y el segundo ha llegado con Internet”, explica el profesor en un artículo, y agrega que tan pronto como la gente se conectó a Internet empezó a usarlo como un modo de buscar pareja y sexo. En los años 90 fue Craigslist y los chats de AOL, después Match.com y luego las apps de ligar en el teléfono que hicieron el trámite de buscar pareja sexual tan rápido y fácil como el de encargar comida o reservar un vuelo barato».Primeras citas confinadasPero llegó 2020 y súbitamente todo cambió. El coronavirus impuso normas higiénicas, cambios de conductas y una distancia social que puso en entredicho las prácticas sexuales con cuasi desconocidos. Las propias apps aconsejaron prudencia y echar el freno y algunos gobiernos como el de la ciudad de Nueva York dieron instrucciones explícitas sobre la práctica de sexo casual durante la pandemia: “Tu eres tu pareja sexual más segura” ó “Tu próximo ligue es alguien que ya vive en tu casa”.Obviamente, la vida en Tinder no se detuvo. La app que cambió en 2012 nuestra vida sexual alcanzó su pico de actividad global el 29 de marzo, en pleno confinamiento, con más de 3.000 millones de swipes (desplazamientos a la derecha), en España el día de más movimiento fue el 12 de abril, pero algo había cambiado. Ante la temeridad que supone tener sexo con un desconocido en una pandemia la gente se puso a charlar. A los que no conozcan Tinder les avisamos de que es un sitio donde se habla con monosílabos y emojis . Hay poco que decir y mucha gente ya advierte en su perfil que no quiere chats interminables. Sin embargo, en esos días de gran actividad el intercambio de mensajes creció un 76% y las conversaciones fueron un 26% más largas. Una tendencia que se repitió en Ok Cupid y en Hinge, ambas con un crecimiento de un 30% de los mensajes de texto. La gente se pasaba al teléfono o a las aplicaciones de videollamadas como Zoom para seguir las conversaciones y quedaban online para cocinar, ver películas y comentarlas, hacer catas de vino y si se terciaba, tener sexo virtual.Unas prácticas variadas y divertidas que suelen crear otro tipo de vínculos emocionales. Una encuesta reciente de OK Cupid reveló que el 85% de los 70.000 usuarios entrevistados consideraba más importante desarrollar una conexión emocional que una física, también observó el incremento del 5% de los que buscaban relaciones de larga duración y una caída del 20% de los que buscaban sexo de una noche.Si antes de la pandemia el uso del videochat era de un 6%, durante el confinamiento de primavera casi llegó al 70%. No había opción. Un cambio de tornas que aprovecharon las empresas para reforzar sus prestaciones de videollamadas y ofrecer happy hours virtuales y consultas online con expertos sobre para reinventar la vida sexual sin encuentros físicos.Hessam Hosseini , CEO de Match.com, compañía a la que pertenece Tinder, reconoció en una entrevista en Fast Company que el videochat no estaba entre sus prioridades antes de la pandemia porque solo un 6% de los usuarios estaban interesados en esa prestación. Durante la pandemia su uso ha aumentado el 69%. Desde el 27 de octubre, Tinder extendió a todo el mundo la función de videochat que había probado en verano en España.Rachel DeAlto, experta de Match.com ha declarado al diario The Houston Chronicle que la Covid 19 podría ser “responsable de un cambio cultural gigantesco”. «Este momento puede ser el final de la cultura americana del hookup (sexo casual). DeAlto que ha sido durante doce años una alta ejecutiva de esta industria, opina que la pandemia está dando “una oportunidad a los solteros de encontrar un sentido y una intención a sus citas”.Una postura parecida ha defendido la antropóloga Helen Fisher en The New York Times. Fisher ha sido durante quince años asesora científica de Match.com. “La pandemia está cambiando el cortejo para mejor, no solo porque la gente está forzada a hablar y a conocerse mejor, sino porque también está obligada a tomarse las cosas más despacio. Los solteros están volviendo al juego tradicional, conocer a alguien antes de irse a la cama con esa persona. Hablar en una situación difícil, exponer los sentimientos y los miedos crea las bases para una relación más sólida”, escribe la antropóloga.Romance tras la pandemiaLos CEOS de las compañías como Hinge o Match.com más enfocadas a las relaciones sólidas creen que esta situación puede ser beneficiosa para ellos porque, dice Hosseini, se crean relaciones donde la intimidad sexual está por el momento fuera de la ecuación. “Creo que la gente busca otro tipo de conexión y esto puede traer un cambio en la cultura del hook up”. El CEO de Hinge, Justin McLeod cree que estamos en el momento de plantar las semillas de relaciones más fuertes frente a la gratificación instantánea propia de los encuentros físicos efímeros que ahora parecen menos seguros», dijo a la revista Fast Company.Aunque es difícil hacerse una primera impresión acertada en una conversación por vídeo que tiene sus propios misterios, incluidos la calidad del audio y la iluminación que pueden estropearlo todo, los CEOs de las apps de citas sugieren que se use como una primera medida de la química que puede existir entre dos personas, y si vale la pena ir a por una segunda oportunidad. Es más difícil sostener una mentira piadosa, digamos diez kilos de más, en un vídeo que en una foto de perfil.La preferencia del uso del video en el universo de las citas online se interpreta como un paso intermedio entre el mensaje de texto y el ‘aquí te pillo aquí te mato’ que, creen los ejecutivos de la industria, mejorará las relaciones personales y seguirá siendo usado por, al menos, la mitad de los usuarios cuando lleguen tiempos mejores. Sería una de las pocas veces en que una circunstancia de la realidad analógica ralentiza un proceso casi totalmente digitalizado: buscar pareja sexual. Los terapeutas de pareja añaden una ventaja más: estas charlas por video podrían reducir la hiperidealización que hacemos de las personas con las que solo nos comunicamos por chats. La burbuja de idealización es muy común en el mundo digital y contra ella llevan años luchando los psicólogos. El video podría ser un paso intermedio entre la realidad y nuestras expectativas.La industria ahora ve el mundo de las citas online como un ecosistema más diverso donde coexisten los que quieren sexo casual y los que van más despacio . Algo que ya sucedía, pero unos eran arrastrados por los otros. O el algoritmo no les dejaba más opción. La diversidad requiere un diseño más versátil que no aplique solo criterios de eficiencia y optimización a la búsqueda de una pareja y que puede adaptarse a nuestras contradicciones como especie, por un lado darle un gran valor a la intimidad y a las relaciones auténticas, y por otro, caer rendidos ante la novedad.Puedes seguir a EL PAÍS TECNOLOGÍA RETINA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aquí a nuestra Newsletter.